Dirigida por David O. Russell
Comedia dramática protagonizada
por Bradley Cooper, Jenniffer Lawrence y Robert De Niro.
Pat, un profesor
de colegio con un desorden bipolar de proporciones gigantescas lucha por
recuperar su vida, a su esposa y (si hay tiempo) la relación con su padre
(Robert De Niro). En el camino conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica
con problemas parecidos que se empeña en entablar amistad con este extraño
personaje.
Seriamente, la
mejor película de su categoría que he visto en mucho tiempo. La relación en la
pantalla entre Pat y Tiffany es de una complejidad raramente tratada en el
cine. Bradley Cooper personifica su enfermedad de forma pintoresca y a veces
hasta exagerada, pero cuando llega al borde de la ridiculez y la caricatura, te
arroja vuelta al drama que representa no entender por qué siente lo que siente,
por qué su intensidad asusta hasta a sus propios padres, ni por qué sus
intentos constantes de rehacer su vida le son infructuosos, en un escenario de
“Pat solo contra el mundo”, incluyendo policías, médicos, a la mismísima corte
y su propia familia. Pero él no se deja derrotar, es un optimista que busca
sacar lo mejor de su presente situación (ergo la expresión Silver Lining),
compartiendo su intensidad con la gente que lo rodea, ya sean sus miedos, sus
opiniones y filosofías, así como también su amistad, amor y, en algunos casos, hasta
su críticas morales. Este personaje nos muestra que la hipocresía se recompensa
con sanidad, mientras que la honestidad es criticada y tildada de demente por
quienes no la comprenden ni la valoran, considerándola “inapropiada” y
“desadaptada”. Pat encuentra en su camino a la salvación a otra alma en pena,
Tiffany, quien sufre de una depresión un tanto más dramática, que la lleva a la
ninfomanía y la desesperación, pero que encuentra un alivio en la honestidad de
este nuevo amigo.
Jennifer
Lawrence, destaca en la actuación que le otorgó el Globo de Oro, en una
personificación de la antítesis de tales “Manic Depressive Pixie Dream Girls”( http://bit.ly/UKd6yj), como Zoey Deschanel o
Natalie Portman (500 days of Summer y Garden State respectivamente), en un rol
de chica depresiva autodestructiva, que se vale de las característica personales
de Pat, para acercase a otra persona en un plano más emocional que físico y
simplemente conectar.
Esta película
está cargada de situaciones incómodas y actuaciones intensas, hilarantes
interacciones entre los personajes e historias secundarias que valen la pena prestar
atención, como el Trastorno Obsesivo Compulsivo del padre de Pat (Robert De
Niro), o la relación de amor y odio con su hermano, así como el delicado estado
de su amigo, que pareciera fuera a sufrir un ataque de nervios cada vez que conversan.
Esta “comedia
dramática”, está catalogada como tal, pero francamente difiero de su
calificación, considerándola más un “drama hilarante” que otra cosa, o esa es
la impresión que me dejaron las actuaciones antes mencionadas.
Si bien la peli
bordea lo caricaturesco, está narrada desde el punto de vista de Pat, siendo
particularmente efectiva en capturar su esencia y sentimiento, por lo que no
cae en lo chabacano o ridículo, como podría ocurrir en una comedia, sino que se
mantiene dentro de la consistencia del personaje, escalando situaciones o disparando
discursos cuando se siente amenazado o estresado, o simplemente tiene mucho que
decir, en una faceta maniaca que mantiene un alto ritmo a lo largo del film,
que se caracteriza por ser ágil (tal vez demasiado), capturando a su vez el
drama de nuestro protagonista (aunque menos efectivamente), enfocándose más en
las características maniacas del mismo.
Su ritmo y
personajes hacen de este film una interesante película, requiriendo toda la
atención del espectador para no perderse la infinidad de detalles, tanto de las
conversaciones, como de las inflexiones de los actores, que entregan pistas y
matices sobre sus sentimientos, reacciones y de la evolución misma de su
relación.
Ciertamente
recomendable.