viernes, 8 de mayo de 2015

Whiplash




Director: Damien Chazelle


Miles Teller, J.K. Simmons, Paul Reiser


Un joven y prometedor baterista es reclutado por una de las bandas más exigentes del mejor conservatorio de jazz de Nueva York, donde lo impulsarán a alcanzar sus límites y superarlos.


Una historia que muestra la tormentosa relación entre profesor y alumno, mentor y aprendiz, matón y acosado. Andrew (Miles Teller), un joven baterista amante del jazz, en el primer año de una prestigiosa academia, es reclutado por Fletcher (J.K. Simmons), un reverenciado y temido profesor, para participar en su banda de prodigios, a quienes presionará al máximo en su búsqueda del próximo Charlie Parker.


Los caminos demarcados son usualmente los más claros, pero también los más aburridos. Esta historia nos recuerda que descarrilarse, perder del rumbo, improvisar y encontrar el norte es muchísimo más interesante que seguir el camino que se nos ha delineado; que la diferencia entre la mediocridad y la grandeza está en el trabajo duro, no en el talento, y que una obsesión puede ser tu mejor aliado en la búsqueda de la perfección, si es que consigues sobrevivirla.


Una de las mejores películas sobre música desde “Claroscuro” (1996), nos embarca en un viaje de batería, jazz, presión, gritos y mucha emoción. Genialidad bordeando en la locura, locura tocada por el talento y la obsesión por hacerlo mejor, más rápido y más intenso ,
compartiendo la visión de Andrew, su pasión, sus miedos, su sufrimiento y su sacrificio por el instrumento que ama (pocas veces utilizado en films). Esta peli va a despertar pasiones incluso en los más abúlicos melómanos, llamando a profundizar en un género musical tan intenso como dramático, con innumerables historias de músicos consumidos por el género que aman (Charlie Parker murió a los 34, con un cuerpo de un hombre de 60), sus personalidades adictivas y su entrega absoluta. Este film nos induce a sentimientos que podrían, eventualmente, llegar a acercarnos a una comprensión del por qué; esa fijación por la superación, por demostrarle a otros y a sí mismos que pueden tocar mejor, que les dedica un “fuck you” a los mediocres, que no son nadie si no pueden tocar, pero son Dios cuando lo hacen.


No hay que ser melómano para apreciar un buen film sobre música, pero este está orientado a ese público. El resto de la gente, va a encontrarse con un film hermoso, con una excelente fotografía y personajes complejos, profundos y perfectamente ejecutados, con una gran gama de tonos (cómicos, violentos, dramáticos) y una historia sencilla, pero interesante, basada en la relación que se da entre este demencial profesor y su “protegido”. No sin pocos giros y rumbos inesperados, que por lo bajo mantendrán entretenido al espectador, pero promete  provocar alguna que otra taquicardia, en una de las secuencias musicales mejor logradas del cine.

La Mejor Película que he visto este año, lejos.